No podía faltar, porque ya nada falta en este mundo. Está
todo: todas las preguntas y respuestas, ideas, errores, ventanas, traducciones,
mezclas, opciones, pinceladas…
Yo con la tecnología hago lo que quiero, no soy ninguna
fanática, pero me parece que tenemos que tomar ciertos conceptos y aplicarlos
en las prácticas cotidianas. Je.
Un día estás por salir de tu casa, para ir a una fiesta,
para la cual te cambiaste diez millones de veces no solo el vestido, sino
también los zapatos y la cartera. Y en ese revuelo de valores, no encontrás las
llaves. ¿Qué hacés? Y… buscálas en Google. :)
Hacés tantas cosas en esta vida citadina agitada que no
tenés ni tiempo para ver a tus amigos, y te conformás con un chateo cada tanto.
Pero cuando realmente hablás por chat, resulta que tus amigos te cuentan cosas
importantes, no son como vos que todavía pensás que para ciertas cosas hay que
verse. Y un día te escribe “te acordás de Julián? Q t conté?” Y vos,
obviamente, por tu vida agitada y superexigente no te acordás, entonces ¿qué
hacés? Y… el historial del chat te salva. Sos una amiga genial, te felicito.
De los cumpleaños ni hablemos. De las agendas menos.
Salís con un pibe, te encanta, divino, copado, te mira y te
sentís diosa mal, y vos, cada dos cosas copadas que decís, tres son
estupideces, ¿quéee hacéeeess? Y… deshacé y listo.
Y si hablamos de chamuyos, ni te cuento el ejemplo, pero
suponé el contexto de una fiesta. Vos… copiá y pegá. Cuando no puedas usar
ninguna de las frases que se pueden copiar, quiere decir que la charla es
interesante.
De compras ni hablemos. De tener más amigos menos.
Continuará…
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