lunes, 27 de agosto de 2012

mambo del olvido (o del recuerdo)

A HM

Hoy te me ocurriste, de nuevo, como cada tanto. Pasaste flotando, sonriendo en cámara lenta y me atravesaste, como cada tanto lo hacés.
Y me dejaste recordándote, oliéndote, leyéndote, ignorándome.
Hoy pasaste, pero yo pude sonreírte también, y saludarte con la mano desde lejos sin desearte, Pasaste y no miré para atrás.
Te vi que me mirabas, mientras te acercabas desde arriba. Y me alegré de verte, de encontrarte un poco más viejo y bastante más desgastado por las agujas.
Y pensé que nunca te voy a dejar de pensarte, de extrañarte, como cada tanto. Que ese tema siempre va a ser tuyo… y mío.
Pero ese alfabeto es demasiado antiguo para mí, y está muerta esa lengua, de verdad. Quedan los espíritus sabios y la música oriental, los domingos y los trenes al sur. Todo eso queda, con alegría, por fin.
Hoy se me ocurrió que cuando te vea, voy a levantar la cabeza y te voy a sonreír como a vos te gustaba, y te voy a mirar con belleza, y tu voz ya no me va a enamorar.

1 comentario:

  1. Porque olía según yo como a jazmines,
    como a estufa sin Ajax, como en los cines,
    como a pan recién horneado, como alfalfa,
    como cosas que después ya no hacen falta.
    Tengo un mar de sensaciones adobadas,
    tengo un consomé de pollo con toxinas,
    tengo un charco donde anoto tus bobadas
    y un altar donde me clavo las espinas.

    Es olvido puntiagudo y persistente
    porque trato de olvidar lo mal oliente,
    este olvido impenetrable como un nudo
    no se acuerda cómo fue cuando se tuvo.

    (Se agradece todo hasta lo fingido, se agradece todo hasta lo fingido,
    se te agradece como si fuera deveras,
    se te agradece tanto como si fuera de veras)

    liliana felipe, pila pila :D

    ResponderEliminar